Perspectivas del PIB en México: Retos y oportunidades en el horizonte

Los especialistas del sector privado continúan ajustando a la baja sus previsiones para el crecimiento del Producto Interno Bruto de México, reflejando una postura cautelosa ante los factores internos que limitan el desarrollo económico del país.

De acuerdo con los resultados de la encuesta del Banco de México, la principal preocupación mencionada es la incertidumbre derivada de la política interna, lo que plantea un panorama desafiante para el primer año de gobierno de Claudia Sheinbaum.

El ajuste realizado a las expectativas de crecimiento para 2024, ahora proyectado en 1.41%, representa una fuerte caída desde el 2.37% esperado a principios de año. Esta tendencia se observa también en las proyecciones para 2025, donde el pronóstico actual se ha reducido constantemente en comparación con meses anteriores, señalando una falta de confianza en el potencial de recuperación a corto plazo. Aunado a esto, el Fondo Monetario Internacional ha revisado sus expectativas para México, situándolas en 1.5%, lo que confirma una desaceleración en la economía nacional. 

Dentro de este escenario, es posible observar fortalezas y oportunidades para México a pesar del entorno adverso. La proximidad a Estados Unidos y la tendencia hacia el nearshoring continúan siendo ventajas estratégicas, ya que permiten captar inversión extranjera y fortalecer las cadenas de suministro regionales. Además, la economía estadounidense muestra un crecimiento más sólido que México, con una tasa proyectada de 2.53% para este año y un ajuste positivo en sus estimaciones para el próximo. 

Este contexto abre la puerta para que México aproveche la demanda externa, especialmente en sectores industriales que pueden beneficiarse de la demanda estadounidense, pero estas oportunidades dependen en gran medida de la capacidad del país para mejorar su ambiente de inversión. 

A pesar de contar con el atractivo de su mercado y una posición geográfica ventajosa, México enfrenta serias debilidades, siendo una de las más notables la percepción negativa sobre el estado de derecho.

Este elemento es percibido como un obstáculo crítico para el crecimiento, lo que limita la confianza de los inversionistas y reduce el interés en proyectos de largo plazo. La falta de certidumbre jurídica desalienta la llegada de empresas extranjeras, impidiendo que México capitalice su potencial de manera plena. La estructura de gobernanza es otro factor que pesa negativamente en la perspectiva de crecimiento, y la incertidumbre política interna, citada como el principal factor que frena el avance económico, subraya la necesidad de implementar políticas que inspiren confianza y estabilidad en el mercado.

Las amenazas también son notorias y complejas. En el entorno económico actual, la percepción de que es “mal momento para invertir” alcanzó su punto más alto en un año, con un 69% de los especialistas sosteniendo esta postura, lo que refuerza la imagen de un mercado en el que los riesgos superan a las ventajas en la percepción empresarial.

El sentimiento pesimista sobre el futuro es evidente, ya que el 72% de los encuestados anticipa un deterioro en el clima económico, una perspectiva que afecta tanto a inversionistas nacionales como internacionales. Este entorno restrictivo también limita la capacidad de las empresas mexicanas para planificar con seguridad sus estrategias de expansión y crecimiento.

Por otro lado, México cuenta con la posibilidad de alinear su recuperación económica con la reactivación de la demanda en su mercado vecino, lo que podría generar un repunte en ciertos sectores estratégicos. Esta posibilidad, sin embargo, depende de la estabilidad interna y la resolución de desafíos relacionados con la política y el estado de derecho, que son esenciales para consolidar la posición de México como un socio atractivo en la región.

Colaboración: Editorial Auge.

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