Nearshoring continúa impulsando el sector industrial en México

La ocupación de naves industriales alcanzó 1.7 millones de metros cuadrados al cierre de septiembre, un crecimiento anual del 14%.

Este incremento se atribuye al auge del nearshoring, fenómeno que está transformando a México en un punto estratégico para las empresas que buscan relocalizar sus operaciones. 

Los estados de la frontera norte se posicionaron como los principales beneficiarios de este dinamismo, concentrando el 67% del espacio comercializado entre enero y septiembre. 

El sector automotriz lideró la actividad, representando el 38% del espacio ocupado, gracias a la expansión de empresas existentes y la llegada de nuevas compañías que buscan aprovechar las ventajas competitivas del país.

Este escenario destaca fortalezas claras para el mercado mexicano, como su ubicación geográfica privilegiada, la conectividad con Estados Unidos a través del T-MEC y una creciente infraestructura industrial que facilita la integración de cadenas de suministro. 

Sin embargo, el crecimiento acelerado también expone debilidades significativas. La capacidad de las ciudades fronterizas para gestionar el aumento de la población y la demanda de servicios se encuentra bajo presión.

Se estima que se necesitará habilitar 30,000 hectáreas de parques industriales y desarrollar más de cien polos de bienestar para sostener la expansión económica, lo que supone desafíos en términos de planeación urbana, sostenibilidad ambiental y disponibilidad de recursos.

El nearshoring ofrece oportunidades únicas para el mercado mexicano, incluyendo un posible incremento de 135,000 millones de dólares en exportaciones durante la próxima década y la generación de 2.5 millones de empleos directos e indirectos.

Además, las empresas nacionales tienen la oportunidad de insertarse en cadenas de valor globales, fortaleciendo su competitividad y capacidad de innovación. La adopción de tecnologías avanzadas y el desarrollo de plataformas logísticas, como el Corredor Interoceánico, podrían posicionar a México como un hub logístico clave en América del Norte.

Sin embargo, el panorama no está exento de amenazas. La falta de una planeación integral y de inversión suficiente en infraestructura podría limitar el impacto positivo del nearshoring, así como exacerbar desigualdades regionales.

Además, la creciente competencia de otros países emergentes y la posibilidad de cambios en las políticas comerciales internacionales representan riesgos que deben ser gestionados con visión estratégica.

En este contexto, el nearshoring se presenta como un catalizador para el desarrollo económico de México, pero también como un desafío que requiere coordinación entre el sector público y privado.

Las decisiones tomadas en los próximos años determinarán si el país puede consolidarse como líder en la región o si las oportunidades se diluyen ante la falta de capacidad de respuesta a los retos que acompañan este fenómeno transformador.

Colaboración: Editorial Auge.

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