Auge inmobiliario: nearshoring impulsa un crecimiento del 69% en seis años

El sector inmobiliario en México ha experimentado un crecimiento significativo en los últimos años, impulsado principalmente por la relocalización de empresas hacia el país, un fenómeno conocido como nearshoring.

El sector inmobiliario en México ha experimentado un crecimiento notable, con un incremento del 69% en sus ingresos entre el primer trimestre de 2018 y el primer trimestre de 2024.

Este crecimiento ha sido impulsado principalmente por la demanda de propiedades comerciales e industriales, fomentada por el fenómeno del nearshoring.

La relocalización de empresas hacia México ha incrementado la necesidad de espacios logísticos y comerciales, lo que ha permitido al sector compensar la contracción observada en el mercado de vivienda, que registró una disminución del 42% durante el actual sexenio.

Aunque este dinamismo en el mercado industrial y comercial ha sido una fortaleza para la economía mexicana, reflejando la capacidad del país para atraer inversión extranjera y capitalizar su proximidad a Estados Unidos, también revela ciertas debilidades estructurales, particularmente en el sector habitacional.

La construcción de 150 parques industriales en los últimos cinco años, que suman 10.6 millones de metros cuadrados de superficie rentable, es un testimonio de esta tendencia. Sin embargo, la creciente dependencia de la inversión extranjera y la relocalización como motores de crecimiento económico también subraya una vulnerabilidad potencial.

La falta de diversificación en otros segmentos del mercado inmobiliario, como el de vivienda, podría limitar la capacidad de México para sostener este crecimiento a largo plazo, especialmente si las dinámicas globales cambian o si surgen competidores más atractivos en otras regiones.

La desaceleración en la construcción de viviendas plantea una amenaza a la estabilidad del mercado inmobiliario en México. Mientras el sector comercial e industrial continúa su expansión, la caída en la construcción de viviendas puede tener consecuencias negativas para el bienestar social, afectando el acceso a vivienda asequible y exacerbando las desigualdades socioeconómicas.

Esta situación podría generar un desbalance en el desarrollo económico del país, donde el crecimiento no se distribuye equitativamente entre los diferentes segmentos del mercado inmobiliario.

Por otro lado, el incremento en la productividad del sector, que aumentó un 46% entre 2018 y 2024, y la mejora en los márgenes operativos son señales positivas de una industria que ha sabido adaptarse y mejorar su eficiencia.

Este control riguroso de costos, combinado con una demanda sostenida de espacios industriales, refuerza la fortaleza del sector frente a las fluctuaciones económicas. No obstante, la sostenibilidad de este crecimiento dependerá de la capacidad del país para diversificar su oferta inmobiliaria y para enfrentar las amenazas que representa la concentración en ciertos segmentos del mercado.

En resumen, el sector inmobiliario mexicano se encuentra en una posición de fortaleza impulsada por el nearshoring y la demanda de espacios industriales, lo que ha permitido un crecimiento significativo en ingresos y productividad. Sin embargo, esta expansión viene acompañada de desafíos y vulnerabilidades, especialmente en el mercado de vivienda, cuya desaceleración podría tener implicaciones a largo plazo para la estabilidad económica y social del país.

La capacidad de México para capitalizar las oportunidades del nearshoring mientras aborda las debilidades en otros segmentos del mercado será crucial para asegurar un crecimiento equilibrado y sostenible en el futuro.

Colaboración: Editorial Auge.

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