México rompe récord de superávit comercial con Estados Unidos

El superávit comercial de México con Estados Unidos alcanzó un nuevo récord en 2024, sumando 171,809 millones de dólares, un incremento del 12.7% respecto al año anterior.

Este resultado se da en un contexto de crecientes tensiones comerciales y en medio de la estrategia del presidente estadounidense, Donald Trump, para reducir los déficits comerciales de su país, lo que podría derivar en nuevas medidas proteccionistas.

Estados Unidos registró un déficit comercial total de 1.2 billones de dólares en 2024, impulsado por importaciones de 3.3 billones de dólares frente a exportaciones de 2.1 billones de dólares. Este saldo negativo creció un 14% interanual, con China, México y Canadá entre los principales países con los que mantiene un desbalance. Mientras China representó un déficit de 295,402 millones de dólares y Canadá 63,336 millones de dólares, México consolidó su posición como segundo socio comercial de EE.UU. y el país con el que tiene su segundo mayor déficit.

El comercio con México y Canadá representa el 30% de las importaciones estadounidenses, lo que convierte a estos países en objetivos clave dentro de la política de Trump. Desde su regreso al poder, el presidente ha insistido en la necesidad de reducir la dependencia de productos extranjeros, argumentando que la situación actual pone a Estados Unidos en desventaja. 

En este contexto, el T-MEC vuelve a colocarse en el centro de la discusión, no solo en materia comercial, sino también en temas como seguridad fronteriza e inmigración, donde Trump ha utilizado el acuerdo como herramienta de presión en el pasado.

Su ventaja geográfica, la consolidación de su infraestructura logística y su mano de obra altamente calificada lo han convertido en un actor clave en la cadena de suministro de América del Norte, especialmente en el contexto del nearshoring, donde múltiples empresas han reubicado su producción desde Asia hacia México para aprovechar su proximidad al mercado estadounidense y los beneficios del T-MEC.

Sin embargo, el crecimiento del superávit también expone vulnerabilidades. La alta dependencia del comercio con Estados Unidos representa un riesgo estructural, ya que cualquier cambio en la política comercial estadounidense podría afectar significativamente la balanza de exportaciones mexicanas.

Las amenazas de aranceles y restricciones comerciales se mantienen latentes, y la posibilidad de una renegociación del T-MEC bajo presiones políticas podría alterar las condiciones actuales. Además, aunque México ha avanzado en atraer inversión extranjera, enfrenta desafíos en materia de seguridad, estado de derecho y capacidad energética, factores que podrían limitar su potencial de crecimiento a largo plazo.

El déficit comercial de Estados Unidos es un fenómeno estructural, vinculado a su déficit fiscal y al desequilibrio entre ahorro e inversión. Diversos análisis señalan que la imposición de aranceles no eliminaría el déficit, sino que simplemente redistribuiría el comercio hacia otros países. Ya ocurrió en 2018 con la guerra comercial contra China, donde la reducción del déficit con el país asiático se vio acompañada de un aumento del saldo negativo con México, Vietnam, Corea del Sur y Taiwán.

Para las empresas mexicanas, este nuevo récord comercial representa tanto una oportunidad como un desafío. El crecimiento de las exportaciones demuestra la solidez de la industria mexicana y su competitividad en el mercado norteamericano. Sin embargo, la incertidumbre política en Estados Unidos obliga a las compañías a fortalecer su resiliencia, diversificar mercados y mejorar su capacidad de respuesta ante cambios en las reglas comerciales.

México se encuentra en una posición privilegiada dentro del comercio global, pero su éxito dependerá de su capacidad para capitalizar sus fortalezas, mitigar riesgos y consolidarse como un socio estratégico indispensable para Estados Unidos y otros mercados internacionales.

Collaboration: Editorial Auge.

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