México renueva el Paquete Contra la Inflación y la Carestía (Pacic) por seis meses más
El gobierno de México y el sector privado extendieron el Pacic hasta 2025, con 19 productoras y 11 comercializadoras comprometiéndose a mantener la canasta básica en un precio máximo de 910 pesos.
La presidenta Claudia Sheinbaum firmó el acuerdo junto con representantes de 19 empresas productoras y 11 comercializadoras, comprometiéndose a mantener el precio de una canasta básica de 24 productos en un máximo de 910 pesos, una reducción respecto al precio estipulado en 2022 de 1,039 pesos.
Este esfuerzo tiene como objetivo garantizar que los hogares mexicanos cuenten con acceso a bienes esenciales a precios controlados, favoreciendo su economía en un entorno global de incertidumbre.
Así, el sector privado ha mostrado disposición para apoyar a la población, con el fin de estabilizar los precios y contribuir a una economía balanceada. Esta cooperación representa una fortaleza importante para México, ya que permite al país enfrentar de manera más sólida los efectos de la inflación, respaldado por un sector privado que demuestra compromiso social y apoyo a la economía nacional.
Sin embargo, la estrategia también evidencia una debilidad en el mercado mexicano, pues la estabilidad en los precios de productos básicos sigue dependiendo de intervenciones temporales y compromisos empresariales, en lugar de una autosuficiencia estructural que garantice precios estables en el largo plazo.
El Pacic fue implementado inicialmente en mayo de 2022, en respuesta a los efectos inflacionarios causados por la pandemia y la guerra en Ucrania, y en octubre de ese mismo año se reforzó mediante un decreto que eliminó aranceles de importación para 138 productos, entre ellos carnes, lácteos, frutas y verduras. Esta medida ayudó a aumentar la oferta de dichos productos en el país, logrando un mejor control sobre su encarecimiento.
La renovación de este compromiso representa una oportunidad para México de fortalecer su relación con el sector privado y fomentar un esquema de colaboración a largo plazo que respalde la economía nacional.
Al mismo tiempo, también permite evaluar el impacto de las políticas de importación en el costo de vida de los mexicanos, ofreciendo una perspectiva de ajuste y mejora en futuras negociaciones que podrían facilitar acuerdos de precios estables sin depender exclusivamente de la importación de productos básicos.
Este clima de cooperación con el sector empresarial fortalece la capacidad del mercado mexicano para enfrentar retos económicos. Sin embargo, este tipo de colaboración también implica una amenaza, ya que el éxito del programa depende en gran medida de la estabilidad política y de la capacidad de mantener una buena relación entre el sector público y el privado. Cualquier cambio en las condiciones políticas o en la voluntad de las empresas participantes podría poner en riesgo la sostenibilidad del Pacic y, por ende, el bienestar de los consumidores.
En cuanto a la estabilidad regional, el T-MEC juega un papel clave para México y su mercado interno, especialmente frente a la posibilidad de una reelección de Donald Trump en Estados Unidos. A pesar de las incertidumbres, la integración económica de la región norteamericana es sólida y se están preparando mesas de trabajo para una revisión del acuerdo en 2026, lo que representa tanto una fortaleza como una oportunidad para México.
La integración económica regional puede ayudar a mitigar algunas de las limitaciones de producción interna en México, pero también puede amenazar la competitividad del país si no se mantienen condiciones favorables dentro del tratado. Una de las mayores oportunidades para el mercado mexicano será asegurar la estabilidad de su relación comercial con Estados Unidos y Canadá, y aprovechar esta integración regional para reducir la dependencia en insumos importados de fuera de la región, fortaleciendo la producción nacional.
En este contexto, la continuidad del Pacic y el diálogo abierto con el sector privado se presentan como elementos clave para la economía mexicana, brindando un alivio temporal a las presiones inflacionarias en productos básicos y estableciendo una estrategia de colaboración público-privada que podría sentar las bases para una mayor resiliencia económica. Sin embargo, el mercado mexicano también enfrenta desafíos importantes que demandan soluciones estructurales y sostenibles.
Collaboration: Editorial Auge.