Las actividades terciarias impulsan la economía mexicana

Las actividades terciarias en México tuvieron un impacto decisivo en la economía del país, consolidándose como el sector de mayor crecimiento.

Según los resultados preliminares del Producto Interno Bruto de las Entidades Federativas (PIBE) del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), las entidades que más contribuyeron al avance de estas actividades fueron Ciudad de México, con una aportación de 21.7 puntos porcentuales, seguida por el Estado de México, Jalisco, Nuevo León y Veracruz, con cifras que reflejan el peso que este sector tiene en sus economías locales.

Además, algunos estados destacaron por su fuerte participación de las actividades terciarias en su Producto Interno Bruto, como Yucatán, donde estas representaron un 67.4%, y la Ciudad de México, donde alcanzaron un 84.8%.

Sin embargo, no todos los estados mostraron avances positivos. Quintana Roo experimentó una caída de 2.19%, lo que resalta la variabilidad de los resultados en diferentes regiones del país. Estos números reflejan las fluctuaciones dentro de un sector clave que sigue siendo una fuente esencial de dinamismo económico en México.

Entre las actividades que impulsaron este crecimiento, el comercio al por mayor y al por menor fueron fundamentales, sobre todo en Querétaro, con aportes importantes del sector de servicios profesionales, científicos y técnicos, así como de los servicios financieros y de seguros.

El análisis de las fortalezas, oportunidades, debilidades y amenazas del mercado mexicano dentro del contexto de las actividades terciarias permite un entendimiento más profundo de las dinámicas económicas en juego. Entre las fortalezas, destaca el hecho de que las actividades terciarias, por su naturaleza, tienen una fuerte relación con el consumo interno, lo que las convierte en un motor resistente frente a crisis externas.

Las grandes metrópolis como Ciudad de México siguen siendo el centro neurálgico de este crecimiento, lo que representa una ventaja para las empresas que buscan aprovechar el alto poder adquisitivo y la gran demanda de servicios en áreas como comercio, servicios financieros y turismo.

Sin embargo, existen también oportunidades claras de crecimiento en estados como Yucatán y Querétaro, cuyas economías están en expansión y dependen en gran medida de este sector.

Yucatán, por ejemplo, presenta un notable dinamismo, lo que abre la puerta para la inversión en infraestructura, comercio y servicios especializados. Querétaro, con su fuerte presencia en comercio y servicios profesionales, se posiciona como un destino atractivo para empresas que busquen diversificar sus operaciones y aprovechar el crecimiento en sectores clave como el comercio al por mayor y menor, además de los servicios técnicos y financieros.

Por otro lado, las debilidades del mercado mexicano se hacen evidentes en los estados donde el crecimiento es más modesto o negativo, como Quintana Roo, que enfrenta desafíos debido a la disminución de la demanda en el sector turístico. Esta caída plantea un reto importante para las autoridades locales y las empresas que dependen del turismo y los servicios de alojamiento, lo que podría requerir una reestructuración de las ofertas y estrategias para adaptarse a nuevas tendencias del mercado. Además, el incremento de la inflación y la fluctuación de los ingresos laborales son factores que podrían afectar negativamente la estabilidad del consumo interno, que es esencial para la sostenibilidad del crecimiento en el sector terciario.

Por último, las amenazas para el mercado mexicano incluyen los riesgos de una desaceleración económica global que afecte directamente al consumo de servicios y productos en el mercado interno. También existe la amenaza de una mayor concentración de la actividad económica en ciertas regiones, lo que podría dejar a otras entidades federativas en desventaja.

La creciente competencia en sectores como el comercio y los servicios financieros podría intensificar la presión sobre las empresas locales, especialmente aquellas que no logren adaptarse a los nuevos retos tecnológicos y de eficiencia operativa.

En conclusión, el sector terciario continuará siendo un pilar fundamental para el crecimiento económico de México, pero el contexto presenta tanto oportunidades como desafíos que requieren atención y adaptación constante. Las empresas deben ser estratégicas para aprovechar las fortalezas y oportunidades del mercado, al tiempo que gestionan las debilidades y amenazas que puedan surgir en un entorno económico en constante evolución.

Collaboration: Editorial Auge.

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