México crece en creación de empresas
México continúa consolidándose como un país con una economía en constante evolución, impulsada en gran medida por la actividad empresarial.
De acuerdo con los Censos Económicos 2024 del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), al cierre de 2023, el país registró 7 millones 56,499 establecimientos, donde laboraban 36 millones 793,604 personas.
Uno de los hallazgos más relevantes del informe es el crecimiento del sector privado y paraestatal, donde se encuentra la mayor parte de las actividades económicas del país. En este ámbito, se contabilizaron 5 millones 451,113 unidades económicas, lo que representa un incremento del 13.6% respecto a 2018. Este aumento refleja una tendencia positiva en la apertura de nuevos negocios y la expansión del ecosistema empresarial en México.
El Inegi establece una clasificación según el tamaño de los negocios con base en el número de empleados. Los micronegocios, que emplean entre 0 y 10 personas, siguen siendo el segmento predominante, lo que refleja una economía marcada por el emprendimiento y la informalidad en muchos casos.
Las pequeñas y medianas empresas (pymes), con entre 11 y 250 empleados, representan un eslabón fundamental en la generación de empleo y el dinamismo económico.
Mientras tanto, las grandes empresas, con más de 250 colaboradores, continúan consolidándose en sectores estratégicos como la manufactura, la exportación y la tecnología.
El crecimiento empresarial registrado en los últimos cinco años es una señal alentadora sobre el desarrollo de nuevas oportunidades, aunque también deja en evidencia los retos que enfrentan los negocios en términos de financiamiento, formalización y acceso a mercados más amplios.
El Estado de México se posiciona como la entidad con mayor número de establecimientos en el país, con 896,931 negocios que representan el 12.7% del total nacional, lo que significó un crecimiento del 16.9% en comparación con los datos de 2018.
En estos establecimientos laboraban más de 3.6 millones de personas, subrayando la importancia de esta entidad como un motor económico clave para el país.
Le siguen Veracruz, Puebla, Ciudad de México y Jalisco, donde la actividad comercial e industrial se mantiene como un pilar del desarrollo regional.
Sin embargo, a pesar del crecimiento, los negocios en México enfrentan desafíos significativos, desde la competencia creciente hasta la incertidumbre económica y regulatoria.
Mientras que en algunas regiones las oportunidades para expandirse y fortalecer la presencia empresarial son amplias, en otras, las barreras de acceso a financiamiento, infraestructura limitada y altos costos operativos pueden frenar el desarrollo.
Baja California Sur, Colima y Campeche son los estados con menor número de establecimientos, reflejando una menor densidad de actividad empresarial en comparación con otras entidades. Si bien esto podría interpretarse como una desventaja en términos de desarrollo económico, también puede representar una oportunidad para nuevos negocios que busquen mercados con menor saturación y posibilidades de crecimiento en sectores específicos.
Las condiciones geográficas y el tamaño del mercado local pueden ser factores que influyen en la cantidad de negocios en estas entidades, pero con el impulso adecuado, podrían convertirse en polos de inversión estratégica.
El crecimiento en el número de establecimientos refleja un entorno empresarial más dinámico en el país. Estados como el Estado de México, Veracruz, Puebla y Jalisco destacan como polos de actividad económica, impulsados por su ubicación estratégica, su conectividad con otras regiones y su diversidad de sectores productivos. Estos estados no solo albergan una gran cantidad de pymes y micronegocios, sino que también concentran importantes cadenas de suministro e industrias clave como la manufactura, el comercio y los servicios.
Sin embargo, el panorama no es uniforme para todos los sectores ni para todas las empresas, ya que el acceso al crédito sigue siendo un reto importante para las pequeñas y medianas empresas que buscan expandirse. Además, la volatilidad económica y las reformas regulatorias pueden generar incertidumbre en la inversión, afectando principalmente a aquellos negocios que dependen de importaciones o financiamiento externo.
Otro dato relevante del informe del Inegi es el aumento de la participación femenina en el sector empresarial. En los últimos cinco años, la proporción de mujeres empleadas en negocios pasó del 43.1% en 2018 al 43.6% en 2023, marcando el crecimiento más significativo en dos décadas.
El sector comercial es el que más ha absorbido la fuerza laboral femenina, con estados como Oaxaca, Guerrero y Tlaxcala liderando en términos de participación de mujeres en la actividad económica. Este crecimiento es una señal positiva de inclusión y diversificación en la economía, lo que a su vez fortalece la competitividad del mercado laboral.
Sin embargo, aún existen desafíos relacionados con la equidad salarial, el acceso de las mujeres a puestos de liderazgo y las condiciones laborales en ciertos sectores. El impulso a programas de financiamiento y capacitación dirigidos a mujeres emprendedoras podría ser un factor clave para continuar esta tendencia de crecimiento.
Los datos presentados por el Inegi confirman que México sigue siendo un país con gran dinamismo empresarial y con oportunidades en distintas regiones. Si bien el crecimiento del número de establecimientos es una señal positiva, también es importante garantizar que las condiciones de financiamiento, infraestructura y capacitación permitan que los negocios prosperen a largo plazo.
Collaboration: Editorial Auge.