Histórico aumento: salario mínimo en 2025 supera los $8,400 pesos al mes
El salario mínimo en México para 2025 tuvo un incremento del 12%, situándose en $278.80 pesos diarios a nivel general y en $419.88 pesos diarios en la Zona Libre de la Frontera Norte, lo que equivale a $8,475 pesos y $12,764 pesos mensuales, respectivamente.
Este ajuste entró en vigor el 1 de enero y refuerza una política sostenida de recuperación salarial que, desde 2018, ha llevado a un aumento acumulado del 135% en la remuneración básica. La medida tiene como objetivo garantizar un ingreso digno que permita a los trabajadores cubrir sus necesidades esenciales y avanzar hacia una mejora en la calidad de vida.
El incremento salarial también refleja un esfuerzo por mantener la competitividad frente a otras economías emergentes, al tiempo que posiciona a México como líder en crecimiento del salario mínimo entre los países miembros de la OCDE, con un avance 6.7 veces mayor al promedio.
Esto fortalece la percepción de un mercado laboral comprometido con el bienestar de los trabajadores y su capacidad de consumo, lo que, a su vez, podría impulsar la demanda interna.
Sin embargo, el alza en costos laborales puede representar un desafío significativo para las pequeñas y medianas empresas, especialmente en sectores intensivos en mano de obra, donde el margen de maniobra financiera es limitado.
La fijación de un salario mínimo profesional, que protege a trabajadores en actividades especializadas con remuneraciones de entre $283.47 y $624.30 pesos diarios, busca reducir vulnerabilidades en sectores donde las negociaciones salariales suelen ser más desiguales. Aunque esta medida fortalece la equidad laboral, también podría presionar a las empresas a reestructurar sus operaciones para absorber el impacto de los incrementos sin afectar su viabilidad.
El panorama económico global y las condiciones inflacionarias en el país podrían ser una amenaza para la estabilidad de los beneficios esperados. Un incremento sostenido en los precios podría erosionar el poder adquisitivo alcanzado, mientras que las dificultades para formalizar el empleo, especialmente en regiones rurales o menos desarrolladas, podrían limitar el impacto positivo de estas medidas.
No obstante, el impulso a los salarios mínimos se alinea con la meta gubernamental de lograr que estas remuneraciones sean suficientes para adquirir al menos 2.5 canastas básicas al final del sexenio, un objetivo ambicioso que requiere un enfoque integral para fomentar la productividad y mantener la estabilidad económica.
A medida que México avanza en la recuperación salarial, se abren oportunidades para que las empresas desarrollen estrategias innovadoras que aprovechen el mayor poder adquisitivo de los consumidores.
Sin embargo, es fundamental que el mercado responda de manera equilibrada para evitar que los incrementos salariales generen efectos adversos, como un aumento desmedido en los precios o una disminución en la generación de empleos formales.
Este contexto demanda un diálogo continuo entre el sector público y privado, orientado a garantizar que el progreso en materia salarial se traduzca en un desarrollo económico sostenible y equitativo.
Collaboration: Editorial Auge.