México recibe remesas históricas

Las remesas enviadas por trabajadores mexicanos en el extranjero alcanzaron un nuevo récord en 2024, con un total de 64,745 millones de dólares, superando en 2.25% los envíos de 2023.
Este incremento consolida la importancia de estos ingresos para la economía mexicana, especialmente para los 1.8 millones de hogares que dependen de ellos.
Para dimensionar su relevancia, el monto recibido en remesas duplicó los ingresos generados por la exportación de petróleo, que en el mismo periodo sumaron 28,436 millones de dólares.
La solidez de este flujo de capital refleja la resiliencia del mercado laboral de los migrantes mexicanos en el extranjero, quienes han mantenido un nivel estable de empleo y capacidad de envío de recursos pese a un entorno económico desafiante.
A pesar de este crecimiento, los datos muestran una desaceleración en el ritmo de expansión de las remesas. Mientras que en 2020 el aumento anual fue de 27.2%, en 2024 se redujo a 2.25%, reflejando una tendencia a la moderación observada desde 2022.
De hecho, los envíos han registrado alta volatilidad en los últimos 14 meses, con algunos periodos de crecimiento más bajo o incluso de caídas, particularmente desde septiembre de 2023. Este comportamiento responde, en parte, a la inflación en Estados Unidos, que ha reducido el poder adquisitivo de los migrantes, así como a la posibilidad de un menor crecimiento económico en ese país.
La persistente necesidad de apoyo económico en los hogares receptores en México ha sostenido los niveles de ingreso por remesas, pero la incertidumbre sobre la estabilidad de estos flujos plantea desafíos para la planeación financiera de las familias y el consumo interno.
En diciembre de 2024, los trabajadores mexicanos en el exterior enviaron 5,277 millones de dólares, con lo que se sumaron cuatro meses consecutivos con envíos superiores a los 5,000 millones de dólares.
No obstante, este flujo mensual fue el más bajo en los últimos nueve meses, evidenciando un menor dinamismo en los últimos trimestres. La dependencia de los ingresos por remesas sigue siendo una característica estructural de la economía mexicana, lo que representa tanto una fortaleza como una vulnerabilidad.
La capacidad de estos ingresos para impulsar el consumo y mejorar el bienestar de millones de personas es innegable, pero su desaceleración también expone la necesidad de diversificar las fuentes de ingreso de los hogares y fortalecer la generación de empleo en el país.
A lo largo del año, los ingresos mensuales por remesas fueron consistentes, superando los 5,000 millones de dólares en al menos diez meses, con picos de más de 6,000 millones en junio y julio. Sin embargo, enero y febrero marcaron un menor volumen, con poco más de 4,000 millones de dólares en cada mes.
Desde 2014, las remesas han mantenido un crecimiento sostenido, pasando de un rango mensual de entre 1,776 y 2,146 millones de dólares en ese año a variaciones entre 4,573 y 6,206 millones en 2024. En términos anuales, el flujo se ha más que duplicado en la última década, al pasar de 23,647 millones de dólares en 2014 a los más de 64,000 millones registrados en 2024. Esta tendencia refleja una oportunidad para fortalecer la bancarización y canalización de estos recursos hacia inversión productiva, ya que gran parte de las remesas aún se destinan al consumo básico y al ahorro informal.
Este comportamiento responde a diversos factores, incluyendo la estabilidad del empleo de los migrantes mexicanos en Estados Unidos y la persistente necesidad de apoyo económico en los hogares receptores. Sin embargo, el menor crecimiento reciente puede estar vinculado a la desaceleración económica en EE.UU., el endurecimiento de las políticas migratorias y la inflación, que afecta tanto el poder adquisitivo de los migrantes como las necesidades de las familias en México. En este contexto, la incertidumbre sobre las condiciones económicas en el país vecino representa un riesgo latente para la sostenibilidad del flujo de remesas en los próximos años.
Las remesas continúan siendo un pilar fundamental para la economía mexicana, representando una fuente de divisas superior a otras actividades estratégicas. No obstante, la moderación en su crecimiento es un factor a seguir de cerca, ya que podría impactar el consumo y las condiciones económicas de millones de hogares en el país.
Collaboration: Editorial Auge.