México destaca en emprendimiento femenino

México ocupa el puesto 11 entre 49 países con mayor número de mujeres emprendedoras, superando incluso a Estados Unidos.

Nuestro país se ha consolidado como uno de los principales países con un ecosistema favorable para el emprendimiento femenino, ocupando el puesto 11 de 49 economías a nivel mundial, según el Global Entrepreneurship Monitor (GEM) 2023/2024.

Con el 16.1% de su población femenina involucrada en la creación de nuevos negocios, México ha superado a países como Estados Unidos, que se encuentra en la posición 15.

América Latina destaca como la región con mayor actividad emprendedora femenina, siendo Ecuador, Chile y Guatemala los países líderes con más del 28% de mujeres emprendedoras.

El hecho de que México forme parte de los principales países en este ámbito representa una fortaleza significativa para su economía. Las mujeres emprendedoras contribuyen a la diversificación del mercado, aportan nuevas ideas y fomentan la innovación, especialmente en sectores donde históricamente han tenido menos presencia.

El incremento de la participación femenina impulsa la inclusión social y económica, lo que fortalece el tejido empresarial del país. Esta tendencia positiva es una oportunidad para fomentar políticas públicas que respalden aún más el emprendimiento femenino y faciliten su transición de negocios emergentes a empresas consolidadas. Implementar programas que mejoren el acceso a financiamiento, capacitación y redes de apoyo puede potenciar la capacidad de estas mujeres para generar empleo y aumentar la competitividad de México en el ámbito internacional.

Sin embargo, el informe también revela importantes debilidades.

Según la Radiografía del Emprendimiento en México, el 22% de las empresas lideradas por mujeres carece de una figura legal, lo que limita el acceso a financiamiento, mercados más amplios y oportunidades de crecimiento.

Esta realidad también está vinculada a factores culturales y estructurales. Las mujeres emprendedoras enfrentan barreras como la falta de apoyo familiar, dificultades para acceder a capital y la presión de equilibrar las responsabilidades familiares con el manejo de sus negocios. Estas circunstancias frenan su capacidad para formalizarse y crecer, afectando la sostenibilidad de sus proyectos a largo plazo.

El miedo al fracaso es otro factor que obstaculiza el avance del emprendimiento femenino. En economías como la mexicana, muchas mujeres se ven limitadas por el temor a que sus negocios no prosperen. Dos de cada cinco adultos que identifican oportunidades de negocio deciden no emprender por este miedo, una tendencia más marcada entre las mujeres. Esto refleja una debilidad estructural relacionada no solo con el acceso a recursos, sino también con el entorno social y cultural en el que operan.

A pesar de estos desafíos, México tiene una oportunidad clave en el fortalecimiento del ecosistema emprendedor femenino. La demanda de políticas que promuevan la igualdad de acceso a recursos financieros, contratos públicos y mercados es evidente. Además, mejorar la infraestructura social mediante servicios como guarderías asequibles, programas de atención para adultos mayores y otras facilidades que permitan a las mujeres emprendedoras dedicar más tiempo a sus negocios, podría transformar la realidad actual. Estas medidas no solo beneficiarían directamente a las emprendedoras, sino que también impulsarían la economía en su conjunto, fortaleciendo el rol de las mujeres en sectores clave y creando un entorno más inclusivo.

Las amenazas para este crecimiento también son claras. México enfrenta barreras significativas debido a su posición dentro de una economía de ingresos bajos, lo que afecta la estabilidad y viabilidad de los negocios emergentes.

El GEM señala que las economías como México, Puerto Rico y Uruguay presentan las tasas más altas de abandono de mujeres en el emprendimiento, debido en parte a la falta de un entorno propicio para consolidar sus proyectos. Si no se implementan medidas estructurales que enfrenten esta realidad, México corre el riesgo de que muchas emprendedoras no puedan hacer la transición de la fase inicial a la consolidación empresarial.

A nivel internacional, la competencia por la atracción de inversión y recursos para emprendimientos es alta. Economías más desarrolladas que han avanzado en la implementación de políticas inclusivas y en el acceso a financiamiento representan una amenaza competitiva para México. La falta de acciones para reducir la desigualdad de género en el acceso a oportunidades empresariales podría afectar su posicionamiento a largo plazo.

México ha logrado avances significativos en el fortalecimiento del ecosistema emprendedor femenino, una tendencia que refleja tanto las fortalezas del país como la creciente participación de las mujeres en la economía global. Sin embargo, para consolidar este progreso y convertirlo en un motor de crecimiento, es fundamental abordar las debilidades y amenazas que enfrentan las emprendedoras, al tiempo que se aprovechan las oportunidades que surgen de un contexto de transformación social y económica. Solo así será posible asegurar que más mujeres logren hacer la transición hacia negocios sostenibles y consolidados, contribuyendo al desarrollo económico de México y su competitividad en el mercado global.

Colaboración: Editorial Auge.

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