México destaca en el crecimiento del Producto Interno Bruto de la OCDE
El Producto Interno Bruto (PIB) de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) experimentó un crecimiento del 0.5% en el tercer trimestre de 2024, un leve repunte en comparación con el trimestre anterior.
Este desempeño consolida el ritmo de recuperación económica global tras los retos recientes, con México destacando como una de las economías con mayor crecimiento en el periodo, ubicándose en el segundo lugar de mayores avances con un aumento del 1.3%, superado únicamente por Irlanda. Este dato subraya la capacidad de México para mantenerse competitivo en un entorno internacional complejo.
El avance económico de México refleja fortalezas clave, como su integración estratégica en las cadenas de valor internacionales a través del T-MEC, una posición geográfica privilegiada que facilita el comercio con Estados Unidos y Canadá, y un crecimiento sostenido en sectores estratégicos como manufactura, exportaciones agroindustriales y tecnología.
Estos elementos han permitido a México capitalizar el fenómeno del nearshoring, atrayendo inversiones extranjeras directas y posicionándose como un nodo crucial en la reconfiguración de cadenas de suministro globales. Sin embargo, este dinamismo económico también pone en evidencia ciertas debilidades estructurales. Factores como la desigualdad económica, la dependencia de mercados externos y desafíos en infraestructura y logística siguen limitando el potencial de crecimiento a largo plazo.
El crecimiento de la OCDE, aunque positivo, mostró variaciones significativas entre sus miembros. En el G7, Estados Unidos mantuvo un avance estable del 0.7%, mientras que economías como Canadá, Japón, Reino Unido e Italia enfrentaron desaceleraciones o estancamientos.
Este contexto presenta oportunidades importantes para México, especialmente en la diversificación de sus mercados de exportación y en la promoción de relaciones económicas con países fuera del G7, que están mostrando un desempeño económico más dinámico.
Asimismo, la transición hacia una economía más digitalizada y sostenible abre puertas para que México desarrolle sectores como energías renovables, tecnología e innovación, áreas donde podría reforzar su competitividad global.
A pesar de estas oportunidades, el mercado mexicano enfrenta amenazas importantes. La volatilidad económica global, derivada de tensiones geopolíticas y cambios en las políticas monetarias internacionales, podría impactar negativamente en el flujo de inversiones y en la estabilidad de su moneda.
Además, la dependencia de la economía estadounidense, que si bien ha sido una fortaleza, podría convertirse en una vulnerabilidad si esta desacelera de manera significativa. En el ámbito interno, los retos en materia de seguridad, gobernanza e incertidumbre regulatoria representan riesgos que podrían limitar el ritmo de crecimiento y la atracción de nuevos negocios.
En el contexto global, Irlanda lideró el crecimiento trimestral de la OCDE con un impresionante 2%, mientras que Hungría, Letonia y Suecia reportaron retrocesos en sus economías.
Por otro lado, en términos interanuales, países como Eslovaquia, Portugal y Polonia mostraron las mayores mejoras, lo que señala un dinamismo económico relevante en regiones específicas de Europa del Este y el sur del continente.
México, con su sólido desempeño trimestral, se coloca como un actor clave en el panorama económico de la OCDE, mostrando resiliencia frente a las adversidades globales y aprovechando sus ventajas competitivas en un entorno desafiante.
El desempeño económico de México en este trimestre no solo refuerza su posición dentro de la OCDE, sino que también destaca su papel como un mercado estratégico en el ámbito global. Este crecimiento, impulsado por factores tanto internos como externos, presenta una ventana de oportunidad única para consolidar reformas estructurales que fortalezcan su competitividad y aseguren un crecimiento sostenible en el largo plazo.
A medida que avanza el proceso de recuperación económica mundial, México debe buscar equilibrar sus fortalezas con la atención a sus debilidades y mitigar las amenazas que podrían frenar su potencial. Este enfoque estratégico será esencial para aprovechar plenamente las oportunidades que ofrece el entorno actual.
Colaboración: Editorial Auge.