Impacta violencia al crecimiento de la economía del país
México enfrenta desafíos significativos para su crecimiento económico debido a la violencia, que según el FMI tiene un impacto profundo en su desarrollo macroeconómico.
El Fondo Monetario Internacional destacó en una conferencia de prensa en Washington la relación entre la violencia y el crecimiento económico, indicando que una reducción en la tasa de homicidios en la región podría aumentar el crecimiento en medio punto porcentual anual durante una década. Estas estimaciones, aunque preliminares, sugieren que el combate a la violencia es fundamental no solo para la estabilidad social, sino también para el impulso económico.
En su más reciente informe, el FMI ha reducido las expectativas de crecimiento del PIB para México en 2024 y 2025, atribuyendo esta caída a la desaceleración de las exportaciones hacia Estados Unidos y a una política monetaria restrictiva que ha limitado la expansión.
Aunque se ha implementado una política fiscal expansiva, el FMI advierte que la falta de infraestructura adecuada y los cuellos de botella en energía son barreras que impiden a México capitalizar plenamente oportunidades estratégicas como el nearshoring, una tendencia que podría atraer nuevas inversiones hacia el país y consolidarlo como un hub manufacturero en Norteamérica.
La violencia y la debilidad en el Estado de derecho representan una amenaza constante que reduce la competitividad del mercado mexicano al elevar los costos de seguridad y generar incertidumbre entre los inversionistas.
Aunque existen sectores resilientes, la falta de un entorno seguro y confiable limita el interés y la confianza de quienes buscan nuevas oportunidades en el país. No obstante, el FMI destaca fortalezas significativas en México, como su economía relativamente diversificada y una posición geográfica estratégica.
La cercanía con el mercado de Estados Unidos y la integración dentro del T-MEC son aspectos que abren grandes oportunidades para el país si logra mejorar su infraestructura y reducir las trabas regulatorias y de seguridad. Estas condiciones geográficas y comerciales son un recurso valioso para fomentar el nearshoring, siempre que se solucionen los problemas internos que frenan su aprovechamiento.
Entre las recomendaciones más destacadas del FMI, se encuentra la necesidad de fortalecer el Estado de derecho y combatir la corrupción, dos prioridades urgentes para mejorar la competitividad y atraer inversión de forma sostenida.
La corrupción y las debilidades en la administración de justicia no solo obstaculizan el crecimiento, sino que fomentan prácticas que erosionan la equidad y la confianza en las instituciones. El FMI también recomienda aumentar la movilización de ingresos no petroleros para poder sostener el gasto en sectores críticos como salud, educación e infraestructura. Esta diversificación de fuentes fiscales representa una oportunidad clave para reducir la dependencia del sector energético, especialmente en un contexto donde el mercado petrolero presenta riesgos y fluctuaciones.
El presupuesto federal para 2025 se perfila como un instrumento crucial para alcanzar una consolidación fiscal de mediano plazo, condición que el FMI considera esencial para mantener la sostenibilidad económica. El organismo sugiere la necesidad de un plan de consolidación creíble que movilice nuevos ingresos y priorice la eficiencia en el gasto público. Aunque el gobierno mexicano ha implementado políticas expansivas, el FMI advierte que el ajuste fiscal, junto con un entorno externo más débil, afectará el crecimiento proyectado en los próximos años.
México se encuentra en una posición en la que, a pesar de los desafíos, tiene una oportunidad única para consolidarse como un destino atractivo en las cadenas de suministro globales, especialmente dentro del sector manufacturero. Sin embargo, para aprovechar esta oportunidad, el país necesita implementar reformas que fortalezcan el Estado de derecho y generen un entorno más seguro y competitivo. Aunque el proceso de transformación pueda ser complejo y desafiante, los beneficios a largo plazo podrían ser inmensos, especialmente en un contexto de desaceleración global donde las economías que puedan ofrecer estabilidad y eficiencia se verán mejor posicionadas.
La expectativa de inflación, que el FMI anticipa se ubicará en 3.2 % para fines de 2025, refleja la expectativa de una flexibilización gradual en la postura monetaria. Esto podría, a su vez, estimular el consumo y mejorar el ambiente de negocios en el país, aunque el impacto de una política monetaria restrictiva seguirá presente en el corto plazo. La inflación controlada es una fortaleza clave que puede mejorar la confianza del consumidor y la previsibilidad económica, dos elementos que el mercado necesita para recuperarse y crecer.
México cuenta con recursos humanos y naturales que representan ventajas competitivas, pero debe resolver las amenazas que provienen de la inseguridad, la corrupción y la debilidad en el Estado de derecho para que estas fortalezas puedan tener un impacto real en el crecimiento económico. El informe del FMI no solo subraya los retos, sino también las oportunidades de México para establecer una base sólida de desarrollo si toma acciones concretas para transformar su marco institucional y fomentar un entorno de inversión confiable y atractivo.
Colaboración: Editorial Auge.