Comercio digital en México continúa su expansión
En agosto de 2024, las ventas digitales y por catálogo crecieron un 8.1% interanual, destacándose frente a la caída del 0.8% del comercio minorista total, según datos de la Encuesta Mensual de Empresas Comerciales (EMEC) del Inegi.
Este aumento refleja la expansión continua de las ventas no presenciales, ya sea a través de internet, televisión o catálogos, una tendencia que ha ganado fuerza desde la pandemia de 2020.
A pesar de las fluctuaciones estacionales, los ingresos en este sector siguen mostrando una evolución positiva y contrastan con el desempeño general del comercio minorista, que en el mismo periodo registró una contracción del 0.8%. Este dinamismo en las ventas digitales confirma que el comercio electrónico ha adquirido una relevancia estratégica para la economía mexicana.
El crecimiento del comercio digital también ha impactado el ámbito laboral. El personal ocupado en este sector mostró un aumento del 15% en agosto de 2024 en comparación con el mismo mes del año anterior, lo que indica una expansión en la demanda de mano de obra. Sin embargo, este crecimiento en el empleo no ha sido acompañado por una mejora en las remuneraciones, que disminuyeron un 22%, lo que revela una disparidad en la evolución del empleo y los salarios. Esta caída en las remuneraciones podría ser una señal de presión en los márgenes de ganancia para las empresas, especialmente en un entorno donde la competencia es cada vez más intensa.
La tendencia ascendente del comercio digital representa una fortaleza clave para el mercado mexicano, ya que permite a las empresas alcanzar audiencias más amplias y diversificadas, superando las limitaciones geográficas y físicas. Además, este crecimiento ofrece una oportunidad para que las compañías optimicen sus modelos de negocio mediante la adopción de tecnologías avanzadas, lo que puede mejorar la eficiencia operativa y la experiencia del cliente.
El hecho de que cerca del 70% de la población mexicana haya realizado compras en línea demuestra el potencial de expansión de este sector.
Sin embargo, a pesar de estas fortalezas y oportunidades, también existen debilidades que deben considerarse. La caída en las remuneraciones en el sector digital sugiere que los empleos creados no siempre ofrecen condiciones laborales óptimas, lo que podría afectar la sostenibilidad a largo plazo del crecimiento. Asimismo, la volatilidad de las ventas en línea y la dependencia de infraestructuras tecnológicas robustas son áreas que requieren atención.
Muchas empresas mexicanas aún no han adoptado plenamente estrategias digitales, lo que las coloca en una posición vulnerable frente a competidores internacionales más avanzados en este ámbito.
Por otro lado, el comercio digital en México también enfrenta amenazas externas. La competencia global sigue siendo un factor que puede limitar el crecimiento local, especialmente si las empresas mexicanas no logran diferenciarse en términos de calidad, precio o innovación. Además, la rápida evolución tecnológica y las exigencias cambiantes de los consumidores imponen desafíos constantes, lo que obliga a las empresas a estar en constante transformación. A esto se suman posibles problemas relacionados con la logística y la ciberseguridad, que son críticos para garantizar la confianza del consumidor en este tipo de transacciones.
El comercio digital sigue siendo un pilar fundamental para la economía mexicana, representando en 2022 el 5.9% del PIB del país. En el futuro, el reto será aprovechar las fortalezas del sector, como la penetración creciente de internet y la preferencia de los consumidores por la conveniencia de las compras en línea, al tiempo que se gestionan las debilidades internas y las amenazas externas.
Colaboración: Editorial Auge.