México y Canadá: un nuevo capítulo en la alianza del T-MEC

En 2026, el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá será revisado y nuestro país comienza a formar alianzas estratégicas para defenderlo con su contraparte canadiense.

México iniciará un proceso de revisión del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) con Canadá. Este proceso forma parte de un esfuerzo más amplio para fortalecer las relaciones comerciales entre los tres países y avanzar hacia una mayor integración productiva en América del Norte. 

La delegación mexicana, que viajará a Ottawa y Washington, buscará construir coaliciones estratégicas con empresarios y actores clave del sector, en especial ante la posibilidad de un cambio de administración en Estados Unidos tras las elecciones presidenciales de noviembre.

El T-MEC, que tiene como fecha límite de revisión formal en 2026, es visto como un pilar esencial para las economías de los tres países. México, en particular, ha mostrado interés en preservar el tratado con pocas modificaciones, manteniendo las bases que han permitido la cooperación comercial y el crecimiento en sectores clave.

El gobierno canadiense, bajo el liderazgo de Justin Trudeau, continuará su administración hasta 2025, lo que le otorga estabilidad a las negociaciones en curso, a diferencia de la incertidumbre política en Estados Unidos, donde un cambio de gobierno podría impactar las conversaciones.

Desde una perspectiva empresarial, el proceso de revisión presenta fortalezas claras para México. En primer lugar, el tratado ha consolidado a América del Norte como uno de los bloques comerciales más grandes del mundo, generando oportunidades significativas para las exportaciones mexicanas. 

Además, el compromiso del gobierno mexicano con el incremento del contenido nacional en las exportaciones, buscando elevarlo del 20% actual a un 40 o 50%, podría posicionar al país como un actor más competitivo en el escenario global.

Sin embargo, este panorama también presenta algunas debilidades para el mercado mexicano. La dependencia de México de las exportaciones a Estados Unidos sigue siendo alta, y cualquier cambio brusco en las políticas comerciales estadounidenses, especialmente si Donald Trump retoma la presidencia, podría poner en riesgo los avances logrados. La posible renegociación del T-MEC por parte de Estados Unidos, tal como lo ha sugerido Trump, podría introducir cambios que desfavorezcan a México, particularmente en áreas como el comercio agrícola o las reglas de origen. La incertidumbre política es un factor que podría afectar la estabilidad de las inversiones y las decisiones estratégicas de las empresas mexicanas.

A pesar de estas debilidades, México tiene grandes oportunidades a la vista. El enfoque del gobierno en sectores estratégicos como los semiconductores, autos eléctricos, baterías, minerales raros y equipo médico podría ser clave para atraer inversiones y fortalecer las capacidades industriales del país.

La intención de Canadá y Estados Unidos de trasladar ciertas producciones desde Asia a América del Norte abre una ventana para que México se convierta en un proveedor preferido dentro de la región. Las crecientes tensiones comerciales entre Estados Unidos y China, y el deseo de las empresas de diversificar sus cadenas de suministro, son oportunidades que México puede aprovechar si se logra consolidar una política industrial robusta y proactiva.

Aun así, las amenazas para el mercado mexicano no deben subestimarse. La posible revisión del tratado por parte de Estados Unidos bajo una administración más proteccionista representa un riesgo significativo. Además, la competencia global en sectores clave, como el de semiconductores y tecnología avanzada, es feroz, y México deberá invertir en capacitación, tecnología y desarrollo para mantenerse competitivo.

La dependencia de insumos críticos de Asia, que aún persiste en muchos sectores industriales, es otra amenaza que el país deberá enfrentar si busca reducir su vulnerabilidad y aumentar el contenido local en sus exportaciones.

En este contexto, la postura del gobierno mexicano es clara: la preservación del T-MEC con pocas modificaciones es una prioridad, y las alianzas con actores empresariales tanto en Canadá como en Estados Unidos serán clave para su éxito.

Durante el reciente U.S.-Mexico CEO Dialogue, el evento fue visto como el punto de partida para la defensa del tratado en las negociaciones que se avecinan. El secretario de Economía, Marcelo Ebrard, enfatizó la importancia de este foro como un espacio para fomentar la inversión y garantizar un futuro próspero para los tres países. Sin embargo, el mercado mexicano deberá estar preparado para enfrentar los retos que surgirán en los próximos años, tanto en términos de cambios políticos como de transformaciones económicas globales.

Colaboración: Editorial Auge.

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