Industria mexicana pierde fuerza: racha de crecimiento de 41 meses llega a su fin

La industria mexicana pierde fuerza y cede ante las presiones de los costos, la incertidumbre política, la débil confianza empresarial y la moderación de la demanda externa.

La industria mexicana interrumpió en agosto una racha de 41 meses consecutivos de crecimiento al registrar una caída anual del 0.3%.

Esta desaceleración, que ya se venía perfilando en meses anteriores con crecimientos menores al 1%, confirma la pérdida de dinamismo del sector.

De acuerdo con el INEGI, la contracción mensual fue del 0.5%, sugiriendo que el mercado industrial podría enfrentar un periodo prolongado de debilidad.

Entre los factores que contribuyeron a este tropiezo destacan el incremento en los costos operativos, las altas tasas de interés y la incertidumbre política, que han mermado la confianza empresarial y debilitado la demanda tanto interna como externa.

La caída de las exportaciones manufactureras en agosto es un reflejo de este entorno menos favorable y podría anticipar un desempeño moderado para el cierre del año.

La minería y la construcción fueron los componentes más afectados, mientras que otros segmentos como la generación de energía y las manufacturas lograron avances marginales.

La construcción, considerada un pilar para la actividad económica, experimentó un descenso del 4.1% anual, su primera baja desde octubre de 2022.Este declive fue particularmente notorio en las obras de ingeniería civil, con una caída del 23.4%, lo que refleja la volatilidad en la inversión pública hacia el final del sexenio.

La minería, por su parte, acumuló diez meses consecutivos con resultados negativos, con una baja anual del 1.3%, lo que subraya la vulnerabilidad de un sector sujeto tanto a los precios internacionales de los minerales como a desafíos regulatorios internos.

El segmento energético avanzó un 2.0% anual, mientras que las manufacturas lograron revertir su caída de julio con un crecimiento del 0.7% en agosto. Estos resultados, aunque moderados, representan un soporte para la industria en un contexto de incertidumbre y confirman que sectores como el automotriz siguen aportando dinamismo al mercado.

El mercado mexicano enfrenta también importantes oportunidades, como la posibilidad de atraer mayores inversiones públicas y privadas para 2025. La construcción podría beneficiarse del aumento en la inversión pública con la nueva administración, lo que, a su vez, podría generar un efecto multiplicador en la inversión privada.

Las condiciones para fomentar espacios industriales y capitalizar el nearshoring se presentan como una ventana estratégica, especialmente en un contexto de reconfiguración de las cadenas globales de suministro.

La elevada tasa de interés continúa limitando el acceso a financiamiento, afectando tanto a proyectos públicos como privados. La conclusión de los proyectos insignia del gobierno puede dejar un vacío significativo en la inversión pública, generando incertidumbre en sectores que dependen de este tipo de iniciativas.

La confianza empresarial sigue siendo un punto crítico, afectada por la percepción de riesgos internos y externos, entre ellos la cercanía de las elecciones en Estados Unidos, que podría alterar la demanda de exportaciones mexicanas y añadir volatilidad al entorno macroeconómico.

El posible enfriamiento de la economía estadounidense representa un riesgo significativo, ya que podría reducir la demanda de productos manufacturados en México, un componente clave del comercio bilateral. Además, la persistente incertidumbre política y financiera sigue siendo un obstáculo para la consolidación de nuevas inversiones.

La dependencia de la industria en sectores volátiles, como la minería y la construcción, aumenta la exposición del mercado a fluctuaciones inesperadas tanto en los precios internacionales como en las políticas económicas internas.

En este contexto, la industria se enfrenta a un escenario desafiante pero no exento de oportunidades. Los empresarios deberán adaptar sus estrategias para hacer frente a un mercado cambiante, buscando diversificar mercados y fortalecer la eficiencia operativa. La capacidad de la industria para superar este periodo de debilidad dependerá en gran medida de las decisiones que tomen tanto el gobierno como los actores privados en los próximos meses.

Colaboración: Editorial Auge.

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