México registra anuncios de inversión extranjera por 170,644 millones de dólares
Entre enero de 2023 y septiembre de 2024, México ha sido receptor de anuncios de inversión extranjera por un total de 170,644 millones de dólares, según datos de la plataforma Data México, de la Secretaría de Economía.
Este notable incremento en la inversión fue realizado a través de 575 anuncios del sector privado, consolidándose como un reflejo del atractivo que el país sigue generando para las empresas extranjeras, especialmente en el contexto del nearshoring.
El reciente anuncio de la Secretaría de Economía sobre la nueva sección de “Data México” marca un avance significativo en la transparencia y accesibilidad de información relacionada con las inversiones extranjeras.
Este apartado, que surge como resultado del proyecto de monitoreo de anuncios de inversión iniciado en 2023, tiene como objetivo principal identificar las tendencias actuales y futuras de inversión en el país. Esto cobra especial relevancia en un momento en que México se beneficia del nearshoring, un fenómeno impulsado por la necesidad de optimizar las cadenas de suministro y la relocalización de operaciones de empresas, particularmente de Estados Unidos.
Estados Unidos encabeza la lista de los países con mayor interés en invertir en México, con una expectativa de inversión que alcanza los 68,455 millones de dólares.
La cifra estadounidense es indicativa de la profunda relación comercial entre ambas naciones, fortalecida aún más por los acuerdos dentro del T-MEC y la tendencia de las empresas estadounidenses a buscar alternativas cercanas para sus procesos productivos.
China sigue como el segundo inversor más importante, con 16,759 millones de dólares, lo que demuestra que a pesar de las tensiones comerciales, el gigante asiático sigue viendo a México como un destino estratégico.
Además, otros países como Alemania (12,159 millones), Argentina (10,673 millones), Dinamarca (10,170 millones) y Francia (8,025 millones) reflejan la diversificación de los orígenes de la inversión, ampliando así las oportunidades en diversos sectores.
El lanzamiento de esta herramienta digital, que permite la consulta de datos desagregados por país de origen, entidad federativa y sector económico, no solo facilita la transparencia, sino que también otorga a las empresas e inversionistas una plataforma para analizar el comportamiento de las inversiones a lo largo del tiempo.
En términos sectoriales, el sector manufacturero lidera las expectativas de inversión con un monto de 86,333 millones de dólares, una cifra que no sorprende dada la creciente demanda global por productos manufacturados de alta calidad a costos competitivos.
Este sector, en particular, se ha beneficiado del fenómeno del nearshoring, ya que las empresas buscan trasladar sus operaciones a lugares más cercanos a sus mercados principales.
Le siguen el sector energético, con inversiones estimadas en 24,892 millones de dólares, y el sector transporte, con 22,465 millones. Estos tres sectores en conjunto representan el 78% de la inversión total proyectada, lo que subraya la importancia de la industria manufacturera y las infraestructuras energéticas y logísticas en el futuro económico de México.
En cuanto a la distribución geográfica de las inversiones, el occidente-sur del país ha mostrado un aumento en su competitividad, con un monto esperado de 39,005 millones de dólares, lo que evidencia el creciente interés en zonas más allá del tradicional norte industrializado. No obstante, la región norte-centro sigue siendo el principal receptor de inversión, con una expectativa de 131,640 millones, confirmando su rol clave como motor económico del país.
La Secretaría de Economía ha reiterado su compromiso de continuar desarrollando herramientas de acceso público que permitan a inversionistas y ciudadanos comprender de manera clara y transparente el flujo de capital hacia México. En este contexto, México se posiciona como un jugador clave en la economía global, aprovechando las oportunidades generadas por la reconfiguración de las cadenas de suministro globales.
La capacidad de México para atraer una cantidad significativa de inversión extranjera refleja fortalezas clave como su proximidad geográfica a Estados Unidos, la mano de obra calificada, los acuerdos comerciales robustos y la infraestructura en desarrollo. El T-MEC sigue siendo una herramienta poderosa que consolida la posición de México en la economía norteamericana, facilitando el intercambio de bienes y servicios. Además, el país cuenta con un entorno de costos relativamente competitivo que lo hace atractivo para empresas manufactureras y de servicios.
En este entorno las oportunidades son vastas, especialmente para industrias que buscan reducir la dependencia de Asia y diversificar sus operaciones más cerca de los mercados de consumo. México tiene la posibilidad de fortalecer aún más sus relaciones comerciales con naciones europeas y latinoamericanas, que han comenzado a mostrar un creciente interés en el mercado mexicano.
Sin embargo, persisten algunas debilidades que podrían limitar el pleno aprovechamiento de estas oportunidades. La inseguridad en ciertas regiones del país, la burocracia y la incertidumbre regulatoria son factores que aún preocupan a inversionistas extranjeros. Estas cuestiones pueden ralentizar los procesos y aumentar los costos de operación, lo que podría desviar inversiones hacia otros mercados emergentes con mayor estabilidad. Asimismo, la falta de una infraestructura completamente modernizada en todas las regiones representa un desafío para mejorar la competitividad en comparación con otros países emergentes.
A pesar de estas vulnerabilidades, México está bien posicionado para continuar capitalizando su atractivo para la inversión extranjera. Con una estrategia enfocada en la transparencia y la promoción de políticas económicas estables, el país puede consolidarse como un centro neurálgico para la producción y distribución global, atrayendo capitales que busquen una mayor eficiencia operativa y acceso a mercados dinámicos como el norteamericano y el latinoamericano. La diversificación de las fuentes de inversión es clave para minimizar riesgos y asegurar un crecimiento sostenible en el largo plazo.
Colaboración: Editorial Auge.
